¡FINALES INVEROSÍMILES! (Diego Santos Márquez)

“Deux ex machina”

Cada día se aprenden cosas nuevas, y como decía aquel refrán “cuanto más aprendo, mayor es mi ignorancia”. Os cuento, tuvimos hace unas semanas atrás un encuentro entre escritores noveles (con v, sí) en Estepona. En un bar muy coqueto, aunque tenía algo de tenebroso, y me recordaba a esos pequeños palacetes que aparecen en las obras de Carlos Ruiz Zafón, con fuente y estatua de dragón incluidas.

Nos reunimos en torno a alguien que llevaba muchos años en el mundo de la escritura, y que por circunstancias nunca pudo publicar. Sin embargo, he leído textos suyos y como se dice ahora “comería en la mesa” de muchos escritores de alto “postín”.
Pero este no es el tema de hoy, lo que os quería contar algo que aprendí en esa reunión y que desconocía: Usar la técnica “deux ex machina”.

Si, con este título te estarás preguntado –como lo hice yo, la primera vez que lo oí- que diablos significa esa frasecita. Y es que últimamente, estamos buscando cosas para llamar la atención, y así me lo pareció aquella conversación sobre los escritores que utiliza el “deux ex machina”.
Sin más preámbulo, esa locución hace alusión al escritor que resuelve una historia de una manera poco verosímil. Vamos, de cerrar una historia, como se suele decir “por los cerros de Ubeda”, ya que utiliza un elemento, personaje o fuerza externa que no ha mencionado durante de la novela para llevarla a un final.
Cierto es que a veces cuesta cerrar una historia. Y más, cuando no está planificada con anterioridad y te dejas llevar por la situación del texto, y ese crecimiento de tus personajes. En ese momento, que quieres acabar y no encuentras ese camino lógico para llegar a su fin.
Por respeto a esa persona lectora que ha paseado por las páginas de un libro, es un recurso que debe evitarse. Sé que puede ser un recurso muy conveniente para el autor cuando se encuentra con dificultades, pero es muy molesto para el lector. No te puedes sacar de la manga, ese truco que lo único que puede hacer es que el argumento además de pobre, ponga en evidencia al propio escritor.

También es justo reseñar, que este fenómeno se da más en el cine que en la literatura. De hecho, el séptimo arte está plagado de ello. Ejemplo a recordar, la película Toy Story 3, cuando todo está perdido para los protagonistas, en el último minuto unos marcianitos verdes lo salvan todo (espero no haber hecho espóiler, si alguno no habéis tenido ocasión de verla).

Y tú, conocías esa palabreja.
Y, conoces alguna historia o novela con un final “deux ex machina”

Como siempre, darte las gracias por la compañía, hacer que este lugar sea un sitio transitable y darle calor con tu presencia y tus comentarios.
Gracias mil.

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Seguimos…

Diego Santos Márquez.