LUGARES, SITIOS, HORARIOS, MANIAS…
Encontré en un pequeño rincón de un bar una frase que decía: «Un lector vive mil vidas antes de morir. Aquel que nunca lee vive solo una». Ese sitio, además de encantarme me da lugar a escribir el post de hoy. Y es que, la lectura es una puerta hacia la imaginación y el conocimiento, una experiencia única que nos permite viajar a mundos lejanos y explorar universos inexplorados. Sin embargo, cada lector tiene sus propias preferencias y peculiaridades cuando se trata de disfrutar de un buen libro. En este artículo, te invito a descubrir los distintos lugares, horarios y manías que nos acompañan en nuestra fascinante aventura de leer.
Podemos empezar por los lugares más genéricos:
- En la comodidad del hogar: No hay lugar como el hogar, y esto también aplica a la lectura. Un rincón acogedor, una silla cómoda o una cama mullida pueden ser el escenario perfecto para sumergirse en las páginas de un libro. Es más, dentro del hogar, podemos también reseñar esos rincones: cama, baña, salón…
- En la naturaleza: Para algunos, no hay experiencia más enriquecedora que leer en medio de la naturaleza. Un parque, la playa o debajo de un árbol frondoso pueden brindar la tranquilidad necesaria para concentrarse y disfrutar de una lectura placentera.
- En una cafetería o biblioteca: La atmósfera relajante y los murmullos de fondo en una cafetería, o el ambiente silencioso y lleno de conocimiento en una biblioteca, pueden ser ideales para aquellos que buscan concentración y un entorno inspirador.
- Durante un viaje: Leer durante un viaje en tren, autobús o avión puede hacer que el tiempo pase volando mientras te sumerges en la trama de un libro y dejas volar tu imaginación.
Horarios para leer:
- Mañanas tempranas: Para algunos, el amanecer es el momento perfecto para disfrutar de una lectura. La tranquilidad de la mañana y una mente descansada pueden hacer que la experiencia sea más enriquecedora.
- En la noche: Muchos encuentran en la lectura nocturna un escape después de un largo día. Sumergirse en un libro antes de dormir puede ayudar a desconectar y facilitar el sueño.
- Tiempo libre: Algunos prefieren reservar momentos específicos durante el día para leer, aprovechando su tiempo libre y haciendo de la lectura una rutina placentera.
- En cualquier momento: La magia de los libros radica en que puedes leer en cualquier momento del día. Un libro puede ser tu fiel compañero en cualquier situación y lugar.
Manías y peculiaridades:
- Esquinazo perfecto: Algunos lectores son meticulosos con la posición del libro. Asegurarse de que cada esquina esté en su lugar es una manía común.
- Aroma de libros: ¿Hay algo más cautivador que el olor a libros nuevos o viejos? Muchos lectores adoran hojear las páginas y disfrutar del particular aroma que desprenden.
- Anotaciones y subrayados: Algunos ven los libros como diálogos con el autor y no pueden resistirse a hacer anotaciones y subrayados en los márgenes.
- Ritual con bebida caliente: Acompañar la lectura con una taza de café, té o chocolate caliente se ha convertido en un ritual reconfortante para muchos amantes de los libros.
- Evitar dobleces: Cuidar los libros como auténticos tesoros es una manía que algunos no pueden dejar atrás, evitando a toda costa doblar las páginas.
En conclusión, cada lector es un mundo único lleno de particularidades. Los lugares, horarios y manías que nos acompañan en nuestra travesía literaria hacen que la lectura sea una experiencia personal e intransferible. Lo importante es dejarse llevar por la magia de las palabras y disfrutar del inmenso universo que los libros nos ofrecen.
Así que, ¿tú cómo lees? ¿Tienes tus propios rincones favoritos, horarios especiales o manías curiosas mientras te sumerges en una historia? No importa cómo lo hagas, lo que realmente cuenta es el placer y enriquecimiento que encuentras en cada página. Eso sí, queremos que nos lo cuentes.
Hasta la próxima y ¡Felices lecturas!
No se me olvida, también las gracias por estar por estos lares.
Diego Santos Márquez.
12 Comments
Hace tiempo me gustaba leer con el silencio de la noche, me concentraba muy bien en la lectura.
Hoy día quizás el mejor momento es por las mañanas.
Buen domingo
Gracias Juan José. ¡Un abrazo!
Vivir mil vidas en la tranquilidad del hogar tomando un buen vinito.
Buen domingo
Gracias Miguel. ¡Un abrazo!
Me gusta leer a cualquier hora del día, depende de lo que tenga que hacer, generalmente tumbada, pero nunca en la cama, y en cuanto al lugar, preferentemente en mi casa, ocasionalmente en la playa, la piscina o en el avión, nunca en una cafetería o en una biblioteca. Saludos.
Gracias Mercedes. Manías parecidas a las mias. ¡Un abrazo!
Las lecturas adolescentes de verano bajo la sombra de un arbol son las más fascinantes o las de la estación de tren mientras esperas el expreso de medianoche.
Estudiaba la carrera en Granada y regresaba a casa. Tenia que hacer un trasbordo en Manzanares. Esas horas de espera de las 22 h. a las 5 de la madrugada se hacían más llevaderas con la lectura de un libro. Bajaban del tren los presos con la condicional de Herrera de la Mancha y veian a una joven que leía novelas y se acercaban y le preguntaban qué estaba leyendo y ella miraba de reojo los tatuajes y seguia enfrascada en la lectura como si no los hubiera visto, como si no existiera más realidad que la de la historia del libro, pero por dentro sentia miedo y respiraba aliviada cuando oía los pasos de esos hombres alejarse camino de la cantina.
Hoy dia que mis otoños, inviernos y primaveras son veranos, las lecturas más placenteras son las de la noche de vigilia si el libro es de esos que enganchan o las que sirven de somnífero y te transportan mas allá de las lindes del sueño.
Gracias Carmen. ¡Un abrazo!
Cualquier hora, momento y lugar es bueno si tienes un buen libro, tiempo y ganas de vivir un momento fuera de tu vida cotidiana
Así es. Gracias por tu comentario. Un saludo.
Con un buen libro cualquier momento es ideal. Prefiero estar sentada y si es en el atardecer, ese placer lo acompaño con una copita de vino.
Un saludo
Gracias Paqui. Buena elección, también me gusta rodear al libro con una copita de vino. ¡Un abrazo!
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