«NO SÉ»
Bienvenidos, queridos lectores, a este rincón llamado Un ratito de libros, donde como sabéis, hablamos de libros, exploramos relatos y degustamos maravillosas Catas de Libros. Hoy, cumpliendo con nuestra promesa, os traigo un relato que espero os emocione y os invite a reflexionar. Se titula «NO SÉ», y está escrito desde el corazón, en primera persona, dando voz a alguien cuya vida está marcada por el olvido, pero también por la gratitud y el amor.
Este relato es un homenaje a esas pequeñas cosas que nos sostienen incluso en los momentos más oscuros. Es una carta, escrita con incertidumbre, dirigida a una figura que representa cuidado, amabilidad y compañía, aunque su identidad permanezca difusa para el narrador. A través de sus palabras, nos invita a adentrarnos en un mundo donde los recuerdos son frágiles, pero los sentimientos son intensos y profundamente humanos.
Aquí os dejo el relato:
Querida:
Hoy me he atrevido. No sé si esto que escribo es cierto o forma parte de “ese mundo que tengo en mi cabeza”. Me he levantado recordando que tengo una enfermedad que tiene como icono el olvido. Sí, lo he recordado. Sí, eso creo. Pero quería sobre todo darte las gracias.
No sé quién eres. Estás llena de amabilidad y veo cómo me acompañas en algunas de las comidas. Te lo he preguntado, creo que sí, y me lo has dicho, pero no lo recuerdo. No sé si me mientes, pero me caes muy bien.
Te he visto llorar. Sí, te he visto. O al menos me da esa impresión. Al acariciarme el pelo, cuando me peinas, me afeitas, he visto correr alguna lágrima por tu cara. Eres muy buena y te hago sentir mal. Debo de dar pena.
Cuando me acuesto por la noche y apareces en mi mente, te doy las gracias y te agradezco las cosas que no me sale decirte cuando te tengo delante. Sabes, a veces soy incapaz de decir tres frases seguidas. El silencio es lo más popular de mis conversaciones.
No he puesto fecha en la carta, no sé qué fecha es. Debemos estar en primavera, cerca al verano. Me acabo de asomar a la ventana y lo he notado.
Escribir una carta sin saber qué contarte es un disparate, como lo es mi vida. No sé qué decirte. Eso sí, lo digo muchas veces para mí, te doy las gracias. Tengo hambre, espero que alguien venga a mi habitación a bajarme al comedor. ¡Ojalá seas tú!
¡Maldita sea! ¿Quién eres? Además de la mejor compañía, la que me hace reír, me da tranquilidad y, me gusta mirarte de reojo cuando no me ves. Seas quien seas, la enfermera, mi hija, mi mujer… A todo esto, no recuerdo si tengo hijas, si estuve casado. No sé.
Voy acabando, se oyen pasos y voces. Gracias otra vez, te debo de querer mucho. Hasta… no sé.
Invitación a Reflexionar y Compartir
¿Qué os ha parecido este relato? ¿Os ha tocado alguna fibra sensible? Quizá os recuerde a alguien o a una situación cercana. Me encantaría leer vuestros comentarios y saber qué os ha transmitido esta historia.
Aprovecho para daros las gracias por hacer de este espacio un lugar tan especial. Gracias a vosotros, este rincón sigue creciendo, y cada visita y cada comentario es una celebración de nuestra pasión compartida por la literatura. Espero vuestros pensamientos sobre este relato. ¡Nos vemos en los comentarios!
¡Hasta la próxima semana!
Diego Santos Márquez
22 Comments
El alzheimer,creo que es una de las enfermedades más devastadoras emocionalmente.
Gracias María. Así es. ¡Un abrazo!
El remitente de la carta, es una persona afable, agradecida humana y todavía algo racional. Aún puede pronunciar dos o tres frases, para transmitirla a alguien , no sabe quien, pero si sabe que le cuida que sufre con el y llora por el.
Maldita enfermedad que le roba todo al ser humano.
Salud para todos.
Gracias Juan José. ¡Un abrazo!
Se me ha encogido el corazón al leer estas palabras, a veces cuando la mente no anda muy lúcida por diferentes motivos, y no tiene que ser por esta maldita circunstancia, también entra en un bucle de olvidos, de no saber qué, de quedarse en blanco y se paraliza cualquier pensamiento fluido, y entras en un agujero que no sabes si estás dentro o fuera.
Maravilloso relato.
Gracias José. ¡Un abrazo!
Se me han saltado las lágrimas, al leer el relato. Qué enfermedad tan cruel para el que la padece y para sus seres queridos. No soy capaz de imaginar una vida sin recuerdos. Un saludo.
Gracias Mercedes. ¡Un abrazo!
Estremecedora esta narración, donde se pone de manifiesto una de las enfermedades más duras que existen, tanto para el enfermo pero sobre todo para sus familiares.
¡Un saludo y feliz domingo!
Gracias Miguel. ¡Un abrazo!
Apasionante hoy Una auténtica pandemia silenciosa.
Una persona con Alzheimer dice lo que siente y lo que piensa con total honestidad, y con una inocencia que, me atrevería decir, a veces resulta incluso genuina. Nunca hubiera pensado que llegaría a decir esto (bueno, a escribirlo), pero, una vez pasada la frustración, hay que dejar que la enfermedad te «sorprenda». Si aquella energía que focalizas en luchar contra «el enemigo» la pones en valorar los pequeños detalles, te cambiará la vida. Desarrollarás una sensibilidad diferente. Mi consejo es: baja el ritmo, respira hondo, y date el tiempo para conocer, para sentir y para volver a redescubrir.
Un homenaje a los cuidadores. (Recomiendo EL CUADERNO DE NOAH)
Feliz domingo escritor, buenas lecturas y felicidades por el blog ¡!!!!
Gracias Raquel. Cuánta razón. ¡Un abrazo!
Un relato conmovedor,el alzheimer afecta a muchas personas, ojala pudiéramos entenderlo mejor y se encuentre una solución! Feliz día de la inmaculada, saludos
Gracias Helena. ¡Un abrazo!
Muy bien escrito. Felicidades por despertar sentimientos ocultos y hablar de esto tan terrible para quienes lo sufren.
Gracias amigo Paco. ¡Un abrazo!
Gracias por escribir. Este relato sobre el Alzheimer me ha entristecido
Gracias Paco. ¡Un abrazo!
Conciso, llano, sincero, sin imposturas. Un aplauso para ti, Diego. Y un abrazo 😘
Gracias Concha. ¡Un abrazo!
Me he quedado sin palabras, que triste para la familia que lo vive.
Enhorabuena por el relato.
Estremecedor.
Gracias Paqui. ¡Un abrazo!
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