CATA DE LIBROS.
Subes deprisa la escalera de la biblioteca. Apenas faltan unos minutos para que comience ese acto que tanto te llamo la atención. ¡Una cata de libros! Sí lo tuviste que leer varias veces. Habías oído hablar de otros tipos de catas como la de vino, aceite… ¿Pero de libros?
Cruzas la puerta que se encontraba entre abierta. Media sala está ocupada, con una mirada visual encuentras sitio en la cuarta fila, antes imposible. Hasta llegar hasta tu sitio, dices varios “holas”, que posiblemente te han respondido, pero tú solo has visto mover el cuello a algunas personas de la primera fila.
Una mujer es la que lleva el evento, eso te gusta. Cuando presta atención en ti, se acerca y te deja tres marcapáginas, cada uno de ellos hace referencia a los libros que van a ser “catados”. Es buena comunicadora, y te ha gustado su presentación. Escueta, pero sin dejar de mirarte a los ojos y sonreír y, has notado que maneja a la perfección mucho lenguaje no verbal. Intuyes que es una experta en este tipo de reuniones o una “coach” de motivación.
“Veinticuatro horas en la vida de una mujer” de Stefan Zweig, es el primero de los libros, por lo tanto comienza la cata:
Un libro con mucha barrica pero sin perder el resto de los olores –va comentando- (tú vas pensando e intuyendo que de ser un clásico). Sigue hablando y nos cuenta que es un libro que pese a no ser joven, tiene los ingredientes para mantenerse fresco. Con buen aroma, que al consumirlo te deja un buen sabor de boca, incluso al rato de haberlo acabado. Hace hincapié sin dejar de sonreír y acariciar el libro, que es altamente recomendable y que no tiene adictivo alguno.
Continúa después de un ligero descanso, y el habitual murmullo que se produce ante el descubrimiento de un libro no habitual en las revistas literarias, a continuación nos muestra “La mujer justa” de Sándor Márai. Segundo libro de la cata, donde también nos indica que es un libro “con barrica”, y que mantiene su frescor, aunque quizás maride mejor en algunos momentos que en otros. Se acerca ella al público, a la segunda fila, y advierte que seguramente no gustara a alguna gente, pero que nadie podrá negar que tenga cuerpo y muy buena pinta. Piensas que la ponente tiene un lenguaje tan cercano que te hace sentir como cuando vas tomas un trago de vino. Parece sentir los olores y el gusto que el vino aporta. El público le propina un aplauso sonoro después de la presentación del segundo libro.
“Contra el viento del norte” de Daniel Glattauer, es el último producto para catar, y con ello acabar el evento. De este último, cuenta que es fresco, nada de barrica, muy nuevo y joven. Tiene un sabor muy divertido y unos ingredientes muy adaptables a estos tiempos. Ese comentario te hace una mueca de sonrisa y, te llama la curiosidad.
Al acabar el evento, la ponente despide una a una a las personas asistentes. Una veintena, no ha estado nada mal. Te da las gracias y el número de teléfono de su librería donde podrás encontrar esas “historias”. Le das las gracias y le felicita por la forma de llevar la cata.
Al llegar a casa, bajas antes al trastero a buscar unas botellas de vino que te regalaron en la oficina. Llegas a la cocina, y allí esta él, tu marido, escuchando música en el móvil, a la vez que preparaba una tortilla de patatas.
-¡Hola! ¿Qué tal esa cata? – te pregunta sonriendo. Y piensas: está si es una bonita sonrisa.
-Pues mira – le respondes- He aprendido tanto que ahora mismo vamos a probar este vino crianza del pasado año.
-Jajajaj. Madre mía, ha sido una clase exprés, y ya pareces enóloga.
-Toma la copa y saborearla. Se ve que tiene mucho cuerpo y color. Pero sabes, toma esos marca páginas que van a maridar con cualquier tipo de vino – le respondiste.
Ya lo que sucedió, después de los vinitos, solo lo sabes tú y él.
Por cierto ¿has leído algunos de los libros de “la cata”? ¿Qué buen libro disfrutaría con un buen vino?
Gracias, una vez más por acompañarme en este blog. Nos vemos…
10 Comments
Buena idea eso de la cata de libros, la misma ilusión que la de probar un buen vino, aunque para cada uno lo bueno sea distinto según sus gustos, pero no deja de ser bueno. No he leído ninguno de esos libros, solo uno de uno de los autores- carta de una desconocida- que lo leí en una sentada. Es cuestión de apuntarlos para tenerlos en cuenta. A veces creo que me va a faltar vida para leer todo lo que quisiera. Buen artículo.
Gracias Pilar. Si, el que mencionas lo leí y es una pequeña joya. También es cierto que tenemos tantos “deberes” de lectura, pero sí hay tiempo para todo.
Hola. No he leído ninguno dr los tres libros reseñados pero tomo nota. Respecto a un buen libro para leer acompañado de un buen vino, cual mejor sino leer unos poemas del gran Omar Khayyam, el poeta persa del vino o de hafiz otro gran poeta que ensalza las virtudes de estar continuamente embriagado de vino dorado. O del poeta chino Li Po que murió borracho ahogándose al querer atrapar el reflejo de la luna en el agua mientras paseaba en barca una noche de luna llena. https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10212700096009073&id=1586547195
Gracias Jose Vicente, efectivamente como bien dices que mejor tomar un vinito con un poema del poeta persa Omar Khayyam.
La primera vez que escuché “cata de libros” no sabía como era, pero cuando se hizo en la biblioteca me pareció urioso e interesante.
Disfrutaría con un vino y un libro de Hosseini, los tres que he leído de él me han gustado mucho.
Gracias Paqui. Buena idea tu propuesta.
Catar un libro, como un vino bueno, es atreverte con la aventura de la pasión en su sentido más hedonista. Gracias, Diego, por la acertada comparativa.
Gracias a ti, por tu aportación Paco.
La cata de vinos, siempre ha llamado mi atención por lo poco que sé del tema, pero si me propusieran una cata de libros podría mucho más mi curiosidad y asistiría encantada. Conozco a los tres autores que se han propuesto en ésta y cualquiera de ellos podría acompañarme en cualquier buen momento de sosiego con un buen vino.
Estoy de acuerdo, son tres autores para ser catados y leídos. Gracias
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