Esas pilas de libros acumulados sin leer.
Ayer tarde, en casa buscaba un libro para prestar. Un “thriller”, novela de misterio, que aprovecho para recomendar. Vestido de Novia de Pierre Lemaitre, Pero sigamos con la historia, miré las estanterías de salón; después la de mi cuarto de escritura e incluso en mi mesita de noche, sin lograr encontrarlo. Pero sabéis, algo encontré. Si, una pilas de libro acumulados en cada uno de los sitios.
Soy de las personas que llegan a una librería y deseo leer casi todo lo que veo. No sé si a ti, te pasa igual. Creo, que todos los que amamos el placer de la lectura somos así, compramos y guardamos muchos más libros de lo que realmente nos da tiempo a leer. Es como si necesitaremos más y más libros para saciar nuestras ansían de leer. Sin saber si la vida nos dará vida para tanta lectura y tan interesante.
Esta afición o manía, tiene un nombre y fueron los japoneses los primeros en decirlo y nombrarlo: llaman “Tsudonku” a quien compra libros y, por falta de tiempo, por qué le gusta tenerlos o por simple postergación, los apila y acumula.
Me da a mí que soy uno de ellos, y mira que no cedo en mi afán de leer, y puedo leer varios libros al mes, pero ayer me dio esa sensación, y me acordé de aquel artículo periodístico que hablaba de los “Tsudonku”. Veras, os cuento, en cada uno de los lugares que antes mencione habría al menos pendiente de leer de ocho o diez libros. Sí, ya me salió la aritmética de alma, y me puse a contabilizar y ver la situación de mis libros.
El artículo del que os hablaba, decía de donde salía este nombre, veamos su origen: “Doku” se puede usar como verbo que significa “leer”. Y “Tsun” viene de “Tsumu” que es “apilar”. Mejor etimología imposible.
Por lo tanto, te pregunto: ¿eres un “tsundoku”? ¿Tienes muchos libros apilados?
Vamos a intentar disminuir esa montaña que debemos tener a nuestro alrededor. Esa montaña de lectura, que con una mirada tierna contemplamos y deseamos buscar el hueco para meternos en ella.
Ya septiembre, el calor parece que se va disminuyendo, sin embargo, aquí, en el blog, vuestro calor es eterno. Y eso, se agradece tanto.
¡Un abrazo! Hasta la próxima semana.
Diego Santos Márquez.
10 Comments
No tengo libros amontonados porque tengo la suerte de tener suficiente espacio en varias habitaciones pero si tengo algunos que no he leído. Un día los compré porque me llamaron la atención pero que no leí en el momento y quedaron en el olvido o cuya lectura fui posponiendo., No obstante espero leerlos algún día. Un saludo
¡Gracias Mercedes! Nos suele ocurrir, eso de procrastinar en la lectura. ¡Un abrazo!
Excelente artículo!yo también soy de acumular libros y confieso que algunos sin leer, felicidades por tan magnífico blog, saludos
¡Gracias Helena! Si, tenemos esa deuda lectora. ¡Un abrazo!
Creo que nos pasa a todos los lectores y escritores, pero nos hace feliz verlos y disfrutarde ellos como una joya. Saludos.
Gracias Pilar. Así es, da gusto verlos juntos, aunque a veces sea amontonados. ¡Un abrazo!
¿Porqué será que algunos se van quedando atrás,mientras otros se releen varias veces? Yo tengo algunos por leer pero este año sin duda me acabaré poniendo al día o eso espero 🤭,porque en cuanto me planto ante un puesto en una feria de libros o entro a buscar un regalo,acabo cargando con otro para mí.
Yo estoy pensando seriamente en seguir vaciando estanterías y regalar muchos de los libros que tengo,porque al final no entro en el piso 😁.
Buenas tardes para todos y un saludo 😘
Gracias Cristina. Me consta que eres una gran lectora, y me suena esa canción de “no entrar en el piso”…jaja ¡Un abrazo!
Para quienes tememos la necesidad de los libros, no es una cuestión caprichosa. Somos letraheridos. Claro que la estantería de ” ya lo leeré mañana” siempre está llena. Muy ilustrativo el artículo.
Gracias Paco. Así es, esa “estantería” siempre anda llena. ¡Un abrazo!
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