Crónica de los Viajeros de Estantería
Los libros tienen una vida propia. Nacen en las mentes de los escritores y toman forma en las páginas que comparten sus historias con nosotros. Pero su vida no termina con la última página; de hecho, es entonces cuando a menudo comienzan sus aventuras más interesantes. Cada libro que prestamos es un viajero que parte hacia un destino incierto, y cada libro que recibimos es un explorador que regresa con nuevas historias que contar. Hoy, reflexionamos sobre esos libros prestados que nunca regresaron a casa y aquellos que todavía esperan en nuestras estanterías a ser devueltos.
Todos hemos experimentado esa mezcla de generosidad y ansiedad que acompaña el acto de prestar un libro. Hay un vínculo especial que se forma entre personas cuando comparten libros que aman. Sin embargo, no es raro que estos libros se queden en las estanterías de sus nuevos hogares, olvidados o tal vez demasiado queridos para ser devueltos. ¿Quién no ha retenido un libro porque se convirtió en un favorito inesperado o porque simplemente se olvidó de su origen?
Curiosidades y Confesiones.
Se dice que el 70% de los libros prestados nunca regresan a sus dueños originales. Esta estadística, aunque desalentadora, abre la puerta a numerosas historias: desde ediciones raras que se convierten casi en mitos familiares, hasta libros que cambian la vida de alguien tanto que no puede soportar la idea de separarse de ellos. Incluso hay libros que viajan más que algunos humanos, pasando de mano en mano, enriqueciendo la vida de cada nuevo lector.
Porque, en el fondo, ¿no es acaso esa la verdadera magia de los libros? Su capacidad para trascender el tiempo y el espacio, para viajar de mano en mano, de mente en mente, sembrando semillas de conocimiento y emoción. Un libro prestado, aunque no devuelto, no deja de ser un libro leído, disfrutado y compartido.
Os toca decir algo.
Ahora os invitamos a compartir vuestras experiencias: ¿Tenéis algún libro que nunca fue devuelto? ¿O quizás sois vosotros quienes tenéis en vuestra posesión un libro prestado? Contadnos sobre esos títulos, las historias detrás de ellos y cómo llegaron (o no) a ser devueltos.
Este es un espacio para anécdotas, reflexiones y, por qué no, para hacer un llamado a aquellos amigos olvidadizos a que devuelvan esos libros que aún esperan regresar a sus hogares originales. Más allá de la simple devolución, hablemos sobre lo que estos libros han significado para nosotros, las lecciones aprendidas y las emociones compartidas a través de sus páginas.
Como siempre, agradecemos vuestra participación y las historias que compartís, que enriquecen nuestra pasión compartida por la lectura y nos unen como comunidad. ¡Esperamos leer vuestras historias y quién sabe? Tal vez este sea el impulso que esos libros perdidos necesitan para volver a casa.
Gracias mil.
Diego Santos Márquez
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12 Comments
Cadí siempre, los compro o me regalan.
Un abrazo y feliz domingo
Gracias Salvador. ¡Un abrazo!
He prestado pocos libros.y la mayoría de ellos no han sido devueltos. Y me da mucha rabia porque cuando dejo un libro es uno que me ha gustado mucho y que quiero tener en mi biblioteca , incluso alguna vez he tenido que comprarlo de nuevo. Me parece muy bonita la reflexion que haces sobre los libros viajeros, pero yo, cuando veo el hueco que ha dejado en la estantería siento tristeza y no me consuela que lo tenga otra persona que al no devolverlo , de alguna manera me ha decepcionado.Un saludo.
Gracias Mercedes. También he pasado por eso de comprar de nuevo un libro que no volvió después de ser prestado. ¡Un abrazo!
El último que presté fue el Almudena Grandes “Todo va a mejorar”. Fue devuelto. Un libro que te hace reflexionar sobre lo contratados que nos pueden tener sin darnos cuenta.
Gracias Paqui. Buen libro. ¡Un abrazo!
Buenos días escritor y buen domingo. Pues si actualmente tengo uno prestado por Santiago Niño-Becerra, qué,por supuesto pienso devolver. Lo prestado ni agradecido ni pagado ,dicen los refraneros. Gracias por leerme!!!
Gracias Raquel. ¡Un abrazo!
Me gustan los libros prestados, sobre todo los de una amiga cuyos gustos literarios coinciden con los míos.
Uno de los libros prestados que más he disfrutado en los últimos meses es la novela “Llévame a casa” de Jesús Carrasco. Una novela deliciosa. Escrita en su estilo inconfundible, preciso y sencillo, a la vez que profundo. El autor mete el dedo en la llaga de forma sutil en una cuestión ética de actualidad como es el de los cuidados de nuestros mayores. Plantea un dilema moral a un joven que tiene que renunciar a sus ilusiones para atender a sus seres queridos. Es una realidad demasiado cruda y descarnada que ocurre a menudo en nuestro mundo contemporáneo y que todos en un momento de la vida tenemos o tendremos que afrontar. Que esta temática se aborde desde la perspectiva masculina con tanta sensibilidad me parece una apuesta muy valiente considerando que la mayoria de las veces los cuidados recaen en las mujeres.
No es una historia pesimista parque en medio de la oscuridad el protagonista encuentra momentos de luces y alegrías al reencontrarse con su familia y con su pasado.
Buena tarde de domingo.
Gracias Carmen. Tomo nota de esa recomendación. ¡Un abrazo!
Preste un libro hace tiempo a un amigo que estaba destinado trabajando en la na empresa nacional aquí en Marbella. Le presté un libro y nunca me lo devolvió.
Después de unos ocho meses fui al piso donde vivía con su mujer, y me dijo el vecino que hacía un mes que se habían marchado. Creo que lo habían destinado a Madrid.
Me quedé si el libro.
Además cuando prestas un libro, no es como si prestara un disco. En este caso tú le dices, lo oyes y mañana me lo devuelves. Con un libro puede tardar un tiempo indefinido, y si la persona en cuestión, tampoco tiene mucho tiempo libre, puede tardar incluso meses en leerlo.
Después sin intención, o intencionadamente. Si me lo prestaste no me Acuerdo.
Moraleja: si no quieres perder un libro. No lo preste.
Buen domingo.
Gracias Juan José. ¡Un abrazo!
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